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PICÓN SALAS, MARIANO.

PIRÁMIDE ESCOLAR.

PIRATA.

PIZARRA.

PIZARRA DE FIELTRO.

PIZARRA MAGNÉTICA.

PIZARRÓN.

 


PICÓN SALAS, MARIANO.

Mariano Picón Salas ha muerto, pero nos deja el ejemplo de la tesonera actitud y el caudal intelectual de sus letras, donde abordó con pasión venezolana los temas que constituyen médula de preocupación de cuanto aspiramos y de cuanto queremos en este país del quehacer apresurado y de la desbordada y hasta desordenada forma de expresarse.

Formaba parte Mariano picón Salas de una generación adolescente cuando terminó la primera guerra europea. Ensayó sus letras en aquel momento del mundo, cuando transidas ideologías proponían los cambios trascendentales para lograr, junto con la libertad, el bienestar y la felicidad del ser humano. Inmaduro aún para esta tarea de reconstruir mundos y sistemas, tuvo el acierto de buscar en el estudio el bagaje indispensable para actuar en forma provechosa, que fuese entendida y atendida por los que tenían la responsabilidad de producir los cambios necesarios, para que fuesen la Nación y el mundo lugares propicios para la vida, antes que tránsito para las angustias de todas las horas.

En su libro "Regreso de Tres Mundos" puede medirse cómo el escritor pasó de la desesperada búsqueda de un camino seguido por el adolescente de petulante y abundosa expresión, del ensimismamiento narcisista, hasta las decantadas formas de su estilo, en el cual el saber y la parsimonia eran los instrumentos para una siembra del pensamiento en las tierras incultas de la heredad intelectual de América.

Estudiantes en Chile, nos dice él mismo que estuvo siempre preocupado por encontrar las fórmulas mejores, no sólo para dar en ejemplar manera el mensaje de sus letras sino para que éste fuera de provechosa utilidad a los hombres y mujeres que debían leerlo. Allí se asoma a la política y mientras leía para formarse, participaba en las actividades de los estudiantes y concurría a los mítines políticos, en los que la pasión y las ideas, y más aquélla que éstas, eran pregonadas en un estado en crisis económica, provocada por la caída de los precios de las materias primas, que estuvo a punto de dar al traste con la vida democrática chilena. Aprendió en ese país que en el duro batallar de las ideologías la promesa es frustrada frecuentemente por la realidad, porque la distancia "del dicho al hecho" no puede ser medida sino en lo confrontación de la conducta de los hombres, que no siempre es coherente, porque la vida es múltiple y las emociones y sentimientos conforman el quehacer más que las ideas. "El ímpetu y el coraje personal, nos dice, siempre fueron entre nosotros más decididos y vigorosos que el instinto social de perfeccionamiento".

Aspiraba a ser político sin dejar de ser intelectual, pensando con los grandes creadores de ideología "desde Tucídides hasta Maquiavelo, des Maquiavelo hasta Marx... que el don de interpretar las cosas ha de concluir por engendrarlas". Pero a su regreso a Venezuela, tras doce años de ausencia, a la muerte de Juan Vicente Gómez, después de un breve tránsito por la actividad política de partido, se convenció de que su camino no era ese enrevesado mundo de la acción, donde se precisa estar siempre en vigilia y el sosiego se pierde, porque a la tranquilidad espiritual del que piensa, sucede la actividad desbordada de quien actúa con las cosas y con los hombres para poner las cosas y los hombres al servicio de los mezquinos y pequeños intereses de los que comandan. Pero en este caso nos encontramos frente a la frustración de hombres y de ideas que no es culpa de la política, sino de sus desacertada o errada interpretación, o más que esto, de su abusivo aprovechamiento.

Conocimos a Picón Salas a su regreso de Chile. Nos encontramos en el Ministerio de Educación. Desde su llegada al país, y por recomendación de su paisano, el doctor Caracciolo Parra Pérez, Ministro de Educación, había tomado en sus manos la responsabilidad de reorganizar el sistema educativo venezolano, con fallas fundamentales, porque había crecido dentro de una dictadura cerril que no tomaba en cuenta al pueblo, razón y objetivo de todo sistema organizado de educación.

Mariano se puso a la tarea y desde la Superintendencia de la Educación, cargo propuesto por él, a imitación del sistema escolar chileno, intentó conformar las viejas estructuras a los propósitos que la democracia impone a la educación. Por sus gestiones se contrató la primera misión chilena, en la cual venían educadores especializados en las tres ramas de la enseñanza: Primaria, Media y Superior; pero la gritería incivil de algunos epígonos de la dictadura y de muchos reaccionarios enclavados todavía en la Edad Media, se alzó contra todo propósito de reforma y Picón Salas, que había precisado en Chile semejante forcejeo de la reacción contra el pensamiento renovador, no encontró apoyo en los hombres de gobierno para llevar a término feliz una tarea de ingente necesidad y de perentoria aplicación en aquellos momentos.

Lo llamaron chilenizante, socialista, a él que sólo deseaba injertar en la vieja cepa merideña, venezolana pura, el retoño de ideas que ya se estaba poniendo viejas en el mundo sin haber afincado sus raíces en la tierra nuestra.

Militamos junto en ORVE. El propuso que a esa primeriza agrupación post-dictatorial no se le llamara partido, pues se trataba de una confluencia de ideas y voluntades para buscar salida a nuestra enquistada edad política de piedra. Por su insinuación el grupo tomó el nombre de "Movimiento de Organización Venezolana" (ORVE). Liquidar el desorden sembrado por la dictadura en la conciencia y en los hábitos de la gente era la primera tarea de ese movimiento, inquietar los espíritus, agitar ideas donde sólo se habían movido, hasta entonces, instintos y apetitos.

El primer Manifiesto-Programa de ORVE, de factura colectiva, donde trabajara Picón Salas, entre muchas ideas premiosas de encontrar camino, Marino dejó escapar, fijándolo como objetivo, su intelectual manera de decretar el cese de las pugnas, a fin de centrar la actividad de construir una Nación nueva. "Buscar lo que nos une, desechar los que nos divide", decía el Manifiesto, y según el punto de vista de Mariano, era aquel momento consigna insoslayable, porque en la discordia primero, la asonada, el motín, la actitud bochinchera, se encontraron motivos para encender la lucha y por ende la cerrazón destructiva se impuso el más fuerte, que para desgracia nuestra no fue siempre ni el más inteligente ni el más justo, sino el de instintos más despiertos y, por tanto, más primitivo. Por supuesto que esa actitud de Mariano era distinta de la asumida por Valmore Rodríguez, ese otro gran venezolano, muerto en la refriega, un hombre de agudo instinto político, que sepultó al intelectual para entregarse todo entero a la tarea de formar partido y para quien "dividirse es ubicarse", es decir, afiliarse a una idea, sostener un propósito y luchar por hacerlo realidad, que es la función de los partidos y la tarea de los políticos. Mariano explicaría después que, no obstante la soberanía intelectual, éste no puede resignarse a que sus ideas germinen demasiado tarde, por lo cual intentará irrumpir contra la división del trabajo que permite a cada cual realizarse vocacionalmente, al intelectual formulando teorías y principios y al político realizándolos porque "está en la naturaleza del hombre contemplativo -que es por esencia intelectual- historiando profetizar el acontecimiento más que dirigirlo".

Los hechos nos atropellaban en aquellos momentos. ORVE contrariando el pensamiento inspirador en que Mariano creía ver cristalizado su propósito unificador, hendió la opinión política y social de Venezuela. De un lado quedó la herenciade atraso y despotismo y del otro nos alineamos los hombres y mujeres con pensamientos social renovado, buscando realizarlo en el dintel del edificio construido con sueños y angustia que era la Venezuela del futuro.

Se produjo el choque en la huelga de junio, en la cual estaba comprometida la acción política de ORVE, junto con otras fuerzas que trabajaban en el sentido del progreso social. Mariano renunció a la Presidencia del Movimiento y a su militancia de éste. Desde entonces políticas, pero sin que ello le inhibiese de pensar políticamente, argumentar y esmigrir ideas para el quehacer político que debían realizar desde los comandos de los partidos o desde el gobierno, los hombres encargados de conducir el Estado.

Conservó Mariano su adhesión a principios y a normas inspiradores de la conducta de un hombre de nuestro tiempo. Se entusiasmaba con las realizaciones políticas y discutía con los líderes posiciones y soluciones posibles a los problemas del acontecer venezolano. Mantuvo su amistad con los hombres y mujeres que fueron sus compañeros en la primitiva organización de ORVE y lo contaron siempre como buen amigo. Gracias a esa amistad, Mariano Picón Salas desempeñó altos destinos en nuestra diplomacia y ejerció la Secretaría General de la Presidencia de la República, en el año final del período de gobierno de 1959 a 1964. De allí pasa a ocupar la Presidencia del Instituto Nacional de Cultura, en cuya organización le sorprendió la muerte, antes de haberlo inaugurado.

A pesar de que Mariano sostenía algunas veces tesis contrapuestas a las nuestras, y de que desconfiaba de las soluciones de los políticos, su amistad y sus letras buscaron realizarse en al ambiente donde nos movíamos los hombres que con él iniciamos, hace cerca de treinta años, el movimiento de renovación venezolana.

Cuando cayó el gobierno democrático de Rómulo Gallegos, Mariano abandonó su cargo de Embajador en la hermana República de Colombia y se entregó a su tarea de escribir, que para él era esencial. Sus letras le servían también como arma de combate y con la finura de su estilo, penetraba en la historia en busca de interpretaciones de hechos o de situaciones, dar cuenta de la línea de principios renovadores seguidos por un hombre en su actuación o para estigmatizar a aquéllos que hicieron escarnio de las ideas para dar rienda suelta a su pasión o a sus apetitos de poder o de riqueza. De éstos dirá: "compadezco a aquellos seres que pasan por la vida a veces ahítos de prosperidad y riqueza pero sin afinar sus sentidos, sin aprender a ver a oír o a palpar". Estos son los que usan el poder "no para algo" sino "contra algo", incapaces de toda forma de comprensión humana.

Para obras intelectuales de gran envergadura estuvo siempre dispuesto a la colaboración. Cuando en el exilio pensamos poner en obra una editorial que diese a conocer en América y en el mundo el pensamiento venezolano, desvaneciendo la idea de que aquí sólo prospera una primitiva forma de comportamiento que desplaza a Gallegos de la Presidencia de la República para elevar a un zafio sargentón, sin más mérito que el de la fuerza, Mariano ofrece sus libros, y a Washington llevó los originales de su extraordinaria obre "Pedro Claver, el santo de los esclavos".

Entregó esos originales a quienes éramos los promotores de esa editorial. Recordamos que una semana después, cuando comentábamos con Mariano la extraordinaria biografía, o mejor, novela histórica, nos decía con cierta coquetería intelectual: "El Santo se me salió de las manos y se puso a hacer milagros por su cuenta". Expresiones semejantes le oímos algunas vez a Rómulo Gallegos, que se refería, además, a la indomable actividad de un personaje a quien el autor no podía hacerle decir o hacer cosas contrarias a la psicología o manera de comportarse que le había creado, signos de una bien lograda caracterización del tipo. Esta libertad asumida por los personajes una vez colocados en la obre, les da autonomía para realizar exactamente aquellos cosas que están en la naturaleza de la creación que el autor puso en ellas, dando con ello muestras de un hijo de cabal hechura.

La editorial no llegó a realizarse, porque aun cuando teníamos cerca de veinte obras ofrecidas, muchas de ellas escritas ya, nos faltó el dinero para financiar la empresa. Devolvimos los originales y "Pedro Claver" apareció bajo el sello de "Fondo de Cultura de México", poco después. También asistió Mariano Picón Salas a la creación de la Revista Política. Discutió con nosotros los temas de vigencia permanente y ayudó a fijar un rumbo y una norma para la publicación de Política; por ello figuraba en la lista del Consejo de Asesores de ésta.

Con Mariano podía estarse en desacuerdo, podía incluso tenerse posición contrapuesta a la suya, que era una responsable manera de opinar. Pero algunos no interpretaban su forma de enjuiciar a determinados hombres o acontecimiento. Señal del rencor que se le guardaba por esa actitud es la expresión que usó contra Mariano uno de sus gratuitos enemigos, acaso por alguna frase que se zahirió de inesperada manera. Ese intelectual, cuando fui a pedirle colaboración para la Revista Política, indicándole quienes formábamos la dirección y el Consejo Consultivo, dentro del cual figuraba Mariano Picón Salas, me dijo en forma despectiva: "¡Hasta cuándo Mariano Picón Salas!" No puede tolerar esta expresión insultante de vanidosa suficiencia en desmero de los méritos de un escritor que pone en alto el prestigio de las letras venezolanas y le dije: "Hasta cuando aparezca en Venezuela una generación de escritores con menos humo y con más brasa, que sea capaz de expresar, no solamente en forma correcta y hermosa su pensamiento, sino que armonice su pensamiento y la manera de actuar con los grandes intereses de la Nación, poniendo de lado su propios intereses".

Desafortunadamente, muere Picón Salas cuando la actividad intelectual de Venezuela no se encuentra en su período de mayor actividad creadora. Sus letras eran ejemplo y sus actitud ponderada podía servir de orientación a las nuevas promociones intelectuales del país. A tales objetivos intentó servir en la Universidad, en el periódico, en la revista, en la conferencia pública o en la conversación privada. Su mirada extraviada parecía dirigirse siempre al cielo, pero conservaba una vinculación con la tierra y con los hombres venezolanos. Los temas de su literatura fueron siempre los temas de América y en América, fundamentalmente los de Venezuela. Tenía, por sobre el pensamiento universal, que le venía de su cultura humanista, una predilección por lo meramente local o regional. Alguna vez dijo que sus vivencias merideñas eran inspiración de gran parte de su obra y que por librarse de esa especie de peso muerto escribió "Viaje al amanecer", una de las hermosas obras de la literatura venezolana y americana, que jóvenes y viejos deben leer porque allí se dan, junto con la emoción de la tierra, el testimonio de afecto de un hombre en el cual el concepto de lo universal partía de lo particular y regional, demostrando con ello que sólo se puede se universal perteneciendo en alguna forma a una tierra de la cual tomamos savia y a la cual devolvemos en fruto el aliento que nos da.

Se nos fue Mariano Picón Salas, pero su muerte no puede ser oportunidad para el lamento sino promesa de perseverar en una obra que tiene raíz venezolana y ramaje extendido sobre todo un continente.

 

PRIETO FIGUEROA, LUIS B.

En: Maestros de América. Ediciones de la Presidencia de la República. Caracas, 1975

 

PIRÁMIDE ESCOLAR.

"Es la representación gráfica de la matrícula por grados y se llama pirámide por la figura que forman las capas superpuestas que representan el coeficiente de supervivencia de los grupos de alumnos en los diversos grados y niveles educativos". (Definición que figura en el trabajo inédito: "Bosquejo de una Filosofía de la Educación". De Rafael Fernández H.)

 

FERNANDEZ HERES, RAFAEL Y ELVIRA FERNANDEZ VILLEGAS

Escuela de Educación de la Universidad Central de Venezuela.

En: Diccionario Pedagógico. BIOSFERA. Caracas, 1995

 

 

PIRATA.

En Venezuela, profesor que a juicio de los estudiantes no reúne las condiciones indispensables para el ejercicio de la docencia.

 

Amezquita Z., Colombia

Escuela de Educación de la UCV.

 

PIZARRA.

1. Superficie lisa de esquisto, vidrio u otro material, en la que se puede presentar información, escribir o dibujar con ayuda de tizas, lápices, u otros materiales. Sinónimo: encerado; pizarrón; 2. Objeto cuadrangular, de tamaño reducido, compuesto de pizarra calcárea con mareo de madera, que usaban individualmente los alumnos para dibujar, escribir o reproducir ejercicios.

 

UNESCO/IBEDATA.

Glosario de Términos de Tecnología Educativa. París

 

PIZARRA DE FIELTRO.

Véase: franelógrafo

UNESCO/IBEDATA.

Glosario de Términos de Tecnología Educativa. París

 

PIZARRA MAGNÉTICA.

Tablero de material magnético al que se pueden adherir objetos imantados. La misma superficie puede estar recubierta de esmalte O pintura v ser usada como pizarra para escribir o dibujar. Sinónimo: tablero magnético.

UNESCO/IBEDATA.

Glosario de Términos de Tecnología Educativa. París

 

 

 

PIZARRÓN

Véase: pizarra

UNESCO/IBEDATA.

Glosario de Términos de Tecnología Educativa. París

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