Ba-f
Principal Arriba Ba-f Bg-z

 

BACHILLER:

BACHILLERATO:

BALBUCEO:

BANCO EDUCATIVO:

BANDAS JUVENILES:

BEBE:

BECA:

BECARIO:

BELTRAN MORALES, CARLOS:

BENEFICIO SOCIAL DE LA EDUCACIÓN:

BEZERRA DE MEDEIROS, JOSE AUGUSTO:


 

BACHILLER.

Alumno de un instituto de enseñanza media que ha culminado los estudios secundarios. Originalmente constituía el primer grado que concedían las universidades medievales (baccalaureatus), equivalente al de aprendiz de profesor y anterior a la licenciatura que capacitaba para la enseñanza.

 

ANDRES LASHERAS, JESUS (Compilador)

Diccionario de Educación. PANAPO. Caracas, 1993

 

 

 

BACHILLERATO.

Estudios necesarios para alcanzar el grado de bachiller.

 

ANDRES LASHERAS, JESUS (Compilador)

Diccionario de Educación. PANAPO. Caracas, 1993

 

 

 

BALBUCEO.

Fase en el desarrollo del lenguaje caracterizada por la repetición de sonidos. El balbuceo pasa por tres períodos : El primero, aparece al final del segundo mes, en forma accidental y se mantiene como juego sin ninguna relación con el lenguaje de los adultos. Son simples prolongaciones de su respiración. A partir de los tres meses, presta gran atención a los sonidos que emite, repite y modifica con su voz como lo hace con sus manos, permitiendo establecer el dominio de los músculos que intervienen en la producción del sonido. En el segundo período aparece alrededor de los seis meses, cuando comienza a unir consonantes con una vocal en forma repetitiva. En ésta etapa el adulto asegura de que el niño esta pronunciando palabras. Estos ejercicios aumentan cuando el niño está en una situación placentera, el niño presta mucha atención a las palabras que el adulto repite, comprende algunos gestos y distingue cuando se dirigen cariñosamente y cuando se reprende. En la tercera etapa la cual ocurre alrededor de los nueve meses, la emisión de sonidos se convierte entonces en ejercicios de imitación de los sonidos del adulto. Los gestos son importantes cuando el niño tiene un lenguaje muy elemental. A medida que se desarrolla el habla, el lenguaje gestual se reduce.

Bibliografía:

"Psicología Infantil y Juvenil" en, Cursos de Orientación Familiar. Ediciones Océano. Barcelona-España. 1979

Plaza Montero, Joaquín. "Puericultura". Editorial Jims. Barcelona-España, 1978.

 

FERNANDEZ VILLEGAS, ELVIRA Y JENY GONZALEZ CASTRO

Escuela de Educación de la Universidad Central de Venezuela

En: El Tema del Preescolar en el DLAE.

Trabajo Especial de Grado para Optar al Titulo de Licenciado en Educación.

 

BANCO EDUCATIVO.

Es la institución destinada "a financiar la construcción de escuelas, colegios, universidades, como también la adquisición de equipos correspondientes a su labor". (OEA. Segunda reunión Interamericana de Ministros de Educación. Lima. 1956. Véase: Resoluciones y Recomendaciones en: Rep. de Venezuela. Ministerio de Educación. Revista "Educación". Nº 84 Año 1956)

Son instituciones destinadas a canalizar "parte del ahorro nacional para servicio de la educación, utilizándola en la concesión de créditos a largo plazo y bajo interés, para la construcción y dotación de establecimientos de enseñanza de todos los niveles, tanto pública como privada, de acuerdo con los planes integrales de educación". (OEA-UNESCO. Seminario Interamericano sobre Planeamiento Integral de la Educación. Washington, 1958. Véase: Revista "La Educación". Nº 11. Unión Panamericana.)

 

FERNANDEZ HERES, RAFAEL Y ELVIRA FERNANDEZ VILLEGAS

Escuela de Educación de la Universidad Central de Venezuela.

En: Diccionario Pedagógico. BIOSFERA. Caracas, 1995

 

 

 

BANDAS JUVENILES.

Un fenómeno de la sociedad actual que constituye una lacra para la misma: grupos de adolescentes y jóvenes que se manifiestan, generalmente en grupos, con actos provocadores y a menudo criminales, en contra del orden social existente; la causa de esta agresividad hay que buscarla en problemas sociales, de urbanismo, familiares, de desempleo, etc..

 

ANDRES LASHERAS, JESUS (Compilador)

Diccionario de Educación. PANAPO. Caracas, 1993

 

BEBE.

Se denomina así el período que comprende el segundo y gran parte del tercer año de vida. Durante él aparece la marcha, se amplía el círculo de relación; comienza y se afirma el lenguaje.

En marcha vertiginosa el recién nacido, ser de vida sólo vegetativa, se ha transformado en poco más de un año en un bebé, con un peso más de tres veces superior, una talla casi doble y un dominio voluntario y reflejo de su actividad motora.

Bibliografía:

Plaza Montero, Joaquín. "Puericultura". Editorial Jims. Barcelona-España, 1978.

 

 

FERNANDEZ VILLEGAS, ELVIRA Y JENY GONZALEZ CASTRO

Escuela de Educación de la Universidad Central de Venezuela

En: El Tema del Preescolar en el DLAE.

Trabajo Especial de Grado para Optar al Titulo de Licenciado en Educación.

 

BECA.

Ayuda económica a escolares, estudiantes de los diversos niveles, artistas o eruditos para realizar estudios o para fines científicos o artísticos.

 

ANDRES LASHERAS, JESUS (Compilador)

Diccionario de Educación. PANAPO. Caracas, 1993

 

BECARIO.

El que se beneficia de una beca.

 

ANDRES LASHERAS, JESUS (Compilador)

Diccionario de Educación. PANAPO. Caracas, 1993

 

BELTRAN MORALES, CARLOS.

Hace algunos días un amigo nuestro de Bolivia, nos dio la noticia de que el Magisterio boliviano, en su primera convención sindical reunida en la ciudad de Santa Cruz, había, por unanimidad, designado como candidato para ejercer la Dirección General de Educación Primaria en el Consejo Nacional de Educación de Bolivia, al profesor Carlos Beltrán Morales, candidatura que fue presentada al Ministro de Educación y acogida por este funcionario, como acatamiento a la voz autorizada de los docentes. Es esta oportunidad el magisterio del país hermano no ha hecho otra cosa que conocer los méritos innegables de un hombre de acción y pensamiento, de un auténtico maestro de la niñez y de la juventud, que dándose en cuerpo y alma a la tarea renovadora de la escuela ha venido cultivándose para servir mejor los intereses de su patria y los intereses de América, de la humanidad entera.

Carlos Beltrán Morales, despreciando una situación privilegiada en su patria renunció a la Dirección General de Educación y en su afán de saber y de servir se fue a Europa, con una recomendación del Ministro de Relaciones Exteriores de su país por todo capital. Estuvo en Alemania, donde frecuentó las principales escuelas y establecimientos educacionales, trabó conocimiento con los más distinguidos maestros germanos. En Austria palpó la renovación realizada por otro Gloekel, en Suiza se puso en comunicación con los más distinguidos maestros. De él nos decía Adolfo Ferreire, en carta que conservamos, que lo había conocido en el Instituto Juan Jacobo Rousseau. Asistió con su pensamiento y con su acción a la renovación pedagógica que se operó en España con anterioridad a la República y después de la República, porque allí desde su puesto de periodista, que ha ejercido conjuntamente con su labor educacional, haciendo del periódico una cátedra, convivió con los desterrados de todos los países americanos y juntos con Cesar Godoy Urrutia, ese magnífico espíritu de maestro chileno, peregrinó por todas las provincias españolas hoy bajo el fuego de la metralla destructora del ensañamiento fascista.

La Escuela Nueva le debe mucho del impulso que ha creado en América. Ya en la Convención de los maestros bolivianos en Oruro sus empuje y dinamismo crearon una norma de conducta y junto con sus demás compañeros: Donoso Torres, Vaca Guzmán, Jesús Salinas, Cabrera Lozada y otros, se dio a formar un ambiente para la germinación de las nuevas ideas, a remover los prejuicios que imposibilitan toda labor noble de ciencia y de verdad; pero lo alcanzó la insidia y los ataques contra su obra se hicieron insistente y tenaces; no precisamente por las ideas mismas, sino porque el hombre que las sostenía no estaba dispuesto a claudicar para abrir paso a las ambiciones de medro y a la falacia embaucadora y a la troglodita mentalidad de la edad media de algunos opositores. Beltrán Morales sabía a dónde iba y tenía conciencia de los medios necesarios para llegar y por eso lo atacaron los mediocres, los individuos cegados por un complejo de inferioridad, que no les permitía llegar y por ello no podían consentir que otros llegaran al sitio que para ellos estaba lejos de sus alcances. Pero la siembra de ideas no se perdió. Una juventud pujante y de ambiciones se encargó de hacer florecer las ideas. La guerra terrible del Chaco, fue para Bolivia como Guerra Europea para el Mundo Occidental y el ideal surgió más potente, hubo un deseo general de superación y se volvieron los ojos a la escuela, como la institución encargada de forjar el nuevo espíritu de confraternidad y de paz en América, que ha de ser patria común de los americanos, sin distinciones. Se miró en la escuela la institución capaz de limar ambiciones, de forjar el espíritu nuevo, recio en la defensa, solidario en la acción, puro en el ideal y libre en la expresión del pensamiento; capaz de realizar y de servir, de encontrar su camino abriéndose paso en la vida: pero esa escuela no puede se la tradicional escuela de enseñar a leer, la escuela memorística que seca los pensamientos y socava los espíritus, sino la Escuela Nueva hecha para la vida y por la vida, la escuela como esa que dirige Vaca Guzmán en la ciudad de La Paz y cuyo lema hermoso: "Aquí se enseña a vivir", está indicado cuál es el camino que debe seguirse.

Se reintegra Carlos Beltrán Morales a la Patria a proseguir su interrumpida labor. En carta que nos dirigiera desde México nos dice: "Viajaré a Bolivia en breve. Iré probablemente en avión. Retornará a la Patria para comenzar -divino San Luis de León- o recomenzar la lección ayer no más suspendida. He de consagrarme por entero a la enseñanza, pero viendo a ésta no sólo desde el punto de vista pedagógico (que lo pedagógico solo termina por embrutecer) sino fundamentalmente, desde el social. Es, lo comprendo, tremendo consagrarse en nuestra América, a este aspecto. Pero yo no voy a ocupar una situación burocrática ni a ocupar un puesto que yo hubiese pedido: voy a trabajar de acuerdo con mis ideales, esos ideales que a ustedes en Venezuela, a Nieto en Colombia, a Godoy Urrutia en Chile, a Barcos en Argentina, nos hace "indispensables". INDISPENSABLE porque queremos dignidad en la vida, en el pensamiento y en la acción. Y sobre todo anhelamos justicia para los humildes, para los explotadores".

"Si encontrase violentas resistencias del elemento obscurantista, que allí como en Venezuela, como en América toda, se opone a toda obra veraz y limpia de mancillas, entonces, lucharé rudo. Y si para esta lucha fuese menester renunciar al cargo, lo haré de mil amores: que desde el plano las luchas más fecundas.

Y si, pese a energía y entereza, me derrotase una vez más, entonces mi querido amigo, buscaría en cualquier parte del mundo un rinconcito para vivir el resto de años que pudiera quedarme. ¡Y con qué alegría me iría en alguno de esos lindos pueblitos venezolanos del llano, donde pudiese ejercer humildemente el cargo de maestro de escuela!".

En ese párrafo epistolar está de cuerpo entero el hombre y el maestro, que sabe de una misión altísima, que comprende cómo es rudo luchar, en nuestros medios, donde la envidia y la incomprensión cierra todos los caminos, menos el de la dignidad. Allí está el maestro nuevo que sabe que educar en la miseria no es posible, porque el niño miserable, el hambriento, el enfermo, el tarado mental requiere antes resistencia y protección de la sociedad, que por su injusticia y por las desigualdades está agotando las posibilidades de millones de niños, que son desechos humanos y que mañana serán la vergüenza de una civilización que no supo comprender sus deberes de humanidad. Beltrán Morales sabe, porque es un maestro nuevo, que la escuela no es hoy el cerrado recinto de dar clase, sino el amable sitial para la convivencia social, una comunidad de vida y de trabajo, donde el pueblo entero encuentre a la vez un camino puro de vida y de trabajo, donde el pueblo entero encuentre a la vez un camino puro de vida, satisfacción a sus ambiciones de poder y de saber. La escuela es hoy una institución social y como tal un estadio de servicio para la comunidad, por esos nos dice el maestro boliviano: que hay que dar al niño lo que se amolde a su ser "Dentro de la verdad de la Naturaleza, dentro de la verdad de la vida, dentro del sentimiento de fraternidad humana, para que la educación responda con creces a la confianza y la esperanza que en ella tienen puesta los hombres de todos los pueblos de la Tierra, sin distinción de razas ni de clases sociales".

Maestro es este hombre. Amigo sincero y sin dobleces. En su peregrinar de pueblos y ciudades nos cayó una vez en Venezuela. Era el año 1933. Luctuoso año de persecuciones y de vigilancia sobre hombres y sobre instituciones. Los maestros le recibimos con cordialidad de hermano. Un pequeño grupo formábamos en su tertulia y con él compartíamos su tragedia de ausencia de la patria mientras ésta se desangraba en la guerra terrible de el Chaco y con él convivimos horas de esperanzas. Venía de España después de haber permanecido largo tiempo en Alemania. En España había representado al magisterio chileno en el Congreso de la Federación Internacional de las Asociaciones de Maestros, reunido en Santander. Traía la visión amplia de un mundo nuevo que se estaba plasmando, gracias a la acción de los maestros y por eso soñaba en grandes y por sobre nuestra tragedia educacional y nacional nos hacía alentar esperanzas.

El 22 de noviembre de 1933 fue recibido en la Sociedad Venezolana de Maestros. Hizo la presentación Roberto Martínez Centeno, Presidente de la Institución y allí, en cálidas palabras el maestro boliviano nos habló de sus experiencias pedagógicas. Hizo la historia viva de su primera escuela nueva en Bolivia. Escuela luminosa de la Paz con espíritu de redención donde la vida transcurría en la alegría serena y en la paz armoniosa de un ambiente hecho para vivir. Luego dictó en el Ateneo de Caracas, su magnífica conferencia sobre Rabindranat Tagore. Sobre la pedagogía impregnada de misticismo de este maestro poeta y como el tema estaba ligado íntimamente con el arte, nos hizo vivir la belleza y la pureza de un ideal pedagógico, que dentro de un concepto alejado del Mundo occidental, resume un afán de elevación a la pureza, a la belleza mística del alma india. Después dictó conferencias, dio clases en las Escuela Normal de Maestros. Muchas de las muchachas que entonces estudiaban recibieron de él un aliento y un entusiasmo realizador que aún perdura: Abigail Salgado, Eugenia y Mari Niño y otras, hoy están realizando en la escuela venezolana labor de renovación y de fe en los destinos del niño y en el poder de la educación.

Después se fue el compañero. Volvió a México. Allí contribuyó junto con el maestro mexicano, según expresión de Elena Torres a la renovación de la escuela secundaria, colaboró en la redacción de los planes y luego sin pedir nada, sin esperar nada, se volvió a Alemania, donde hizo estudios sobre la readaptación de inválidos, pensando en ser útil a Bolivia que acababa de salir de la horrible guerra con el Paraguay que había dejado muchos hombres inservibles e incapacitados para ganarse la vida.

Volvió a Venezuela en febrero de 1936, recién muerto Gómez y con el deseo de servir a una nación a la que ama como a su propia tierra y fue contratado por el Ministro Rómulo Gallegos. Quizo hacer mucho, presentó planes, colaboró en la reforma de los programas de educación primaria, participó en los cursos de mejoramiento profesional del magisterio realizados en 1936 por la Misión chilena, organizó el primer curso para maestras kindergarterinas, demostrando un dominio completo de este aspecto de la pedagogía, al cual se ha dedicado preferentemente. Colaboró activamente en la realización de la Primera Convención Nacional del Magisterio. Allí trabajó en varias comisiones y dictó una magnífica conferencia titulada "Juegos y juguetes, forjadores del espíritu del niño" que fue publicada en el boletín de labores de esa Convención. Junto con nosotros, al igual que Salvador Fuentes Vegas, Daniel Navez y Manuel Mandujano, se fue por las provincias venezolanas en labor divulgadora, cuando la F.V.M. se echó a andar por todos los caminos de Venezuela en una obra integradora y con una ambición de futuro. Entonces el espíritu caldeado, fuertemente emotivo de Carlos Beltrán Morales, puso a vibrar magnificas preocupaciones en todos los maestros. Su palabra fácil, que tiene el don de la atracción, sumó muchos remisos a la obra educacional. Pero aquí como en Bolivia fue atacado y fue incomprendido y con los miembros de la Misión Chilena lo vimos alejarse de nuestro suelo.

Después, estuvo en Cuba, en México, en Colombia, en América Central. En México, perdió su importante obra El Kindergarten, de innegable mérito y cuyos originales tuvimos oportunidad de leer en parte.

Conocemos casi toda la obra científica y pedagógica escrita de este admirable maestro y en toda ella se nota originalidad en las ideas y claridad en la expresión. Recia mentalidad polémica y argumento convincente, pero por encima de su valor científico poseen las obras de Beltrán Morales una cualidad sugeridora, sugeridora de propósitos nobles y bellas realizaciones. Su obra "Ideario Boliviano" es un magnífico libro de lectura, escrito de acuerdo con los centros de interés y por la disposición y original de su material es un recomendable texto. Diez o doce obras forman su bibliografía, ha colaborado en casi todas las revistas de educación de América. Su seudónimo Mario Legrand, con el cual va firmada casi su obra pedagógica y literaria es ampliamente conocido en este Continente y en Europa.

Conocemos ampliamente a este gran maestro y sabemos lo que es capaz de hacer. A su lado estarán los buenos maestros de Bolivia, aquellos desprovistos de complejo de inferioridad y que no vayan a discutir por el cargo, sino lo que tengan deseos de realizar obra perdurable en la educación. En su obra veremos que algo de nuestros sueños se realizan, porque en cada país de América donde trabaja un hombre con ideales afines a los nuestros, donde quiera que triunfe una idea, estaremos triunfando lo que pensamos y soñamos de idéntica manera, y con él estarán Barcos, Roldán Sánchez, Pedro B. Franco, Clotilde Guillén de Rezano, Fuentes Vegas, Godoy Urrutia, Rodolfo Llopis y todos los maestros progresistas de América y de España, que en el memorable congreso pedagógica internacional americano despertaron inquietudes, sembraron semillas de preocupación, haciendo que la escuela abandonara su encerramiento y el maestro se preocupara antes del niño que del método, y mirara más a la sociedad que a las cuatro paredes del aula. Este hombre recio y puro en ideales sabrá encontrar forma de expresión para su pensamiento, madurado ya su criterio por las anteriores experiencias en el medio boliviano y adjuntando más los principios a la realidad social de su país.

Ojalá que los maestros bolivianos, así como lo designaron para miembros del Consejo de Educación, supieran aprovechar las dotes de Beltrán Morales y colaborar ampliamente con él para una efectiva obra de creación y de renovación pedagógica.

UN MOVIMIENTO DE RENOVACIÓN

Cuando se analiza el movimiento de la nueva educación en América, no puede prescindirse de los nombres de hombres y mujeres que en cada uno de nuestros países han consagrado esfuerzo, empeñado voluntad y demostrado inteligencia para hacer posible la superación de los sistemas escolares, que con Herbart cristalizaron en fórmulas que no permitían evolución alguna. El movimiento de la educación renovada en América tuvo en Bolivia una juventud pionera, que arranca de la Escuela Normal de Sucre su vigoroso impulso. Allí inicia el movimiento una misión belga , 1909 a 1917, a cuya cabeza se destacaba el distinguido educador Jorge Rouma, quien realizó las primeras investigaciones sistemáticamente conducidas en niños y jóvenes bolivianos de raza indígenas. También escribió Rouma, como resultado de sus investigaciones en Bolivia, su Pedagogía Sociológica. Pero la misión belga pecaba de excesivo formalismo. Por ello, puede decirse que fue el viejo maestro portugués Faria de Vasconcelos, autor del hermoso libro "Una Escuela Nueva en Bélgica", quien ejerció mayor influencia en el magisterio boliviano. Faria de Vasconcelos desempeñó por varios años (1917 - 1920) la dirección de la Escuela Normal de Sucre y desde allí, dada su maravillosa capacidad rectora, su fina inteligencia de maestro, su entusiasmo, estimulaba el movimiento.

A Faria Vasconcelos le sucedieron en la dirección de la Normal, Vicente Donoso Torres y Saúl Mendoza, dos grandes maestros de Bolivia.

En este movimiento se formaron varios maestros, que después ejercieron destacada influencia en la educación boliviana: Alfredo Guillén Pinto, Angel Chavéz Ruiz, Carlos Beltrán Morales, J. S. Vaca Guzmán, Roberto Bilbao La Vieja, Enrique Finot, Rafael Reyeros, etc.

La Vieja Escuela Normal de Sucre, en manos del profesor Vicente Donoso Torres se convirtió en el Instituto Nacional de Ciencias de la Educación (I.N.C.E.), con una orientación renovadora. Con el cambio de política y de dirección el I.N.C.E. cambió también de organización, pero puesto al frente de su dirección el inquieto y acucioso espíritu investigador de Saúl Mendoza, continuó siendo un semillero de orientación de la educación renovada, Perdidos en medio de las técnicas, muchas maestros no olvidaron el material humano: el niño y el hombre bolivianos, consciente de que los tecnicismo desprovistos de contenido humano pueden llegar a ser fosa para enterrar al educando.

ESCUELA CON SENTIDO SOCIAL

Por encima de la preocupación metodológica o conjuntamente con ésta se desarrolla el sentido social de la escuela, en la cual no es sólo Dewey el orientador, sino una más profunda ideología política, que arranca de las corrientes de la época y más que todo el arraigo de las tesis sociales en la conciencia de los maestros, que ya no podían entender algunas técnicas sino como mundo abierto de la comunidad para el trabajo socialmente útil, orientado por las necesidades, preocupaciones y deseos de los núcleos humanos que nutren el contingente de las aulas.

Carlos Beltrán Morales, puesto a la obra, a la par que maestro militante activo del credo social renovador, se coloca entre los que van a la cabeza de los grupos que pedían para Bolivia, no una escuela de enseñar a leer y escribir, sino una escuela para la vida. Y como la vida boliviana es dura; como en el medio rural las clases desposeídas carecen de todo, mientras el latifundio crece a expensas de las tierras comunales indígenas; como hay miseria y abandono, y el trabajo prematuro destruyo tempranamente a jóvenes y niños, la escuela sola no puede realizar el milagro transformador, sino cuando en manos de la sociedad entera repose el poder de hacer una justicia distributiva, a fin de que "nadie tenga demasiado ni nadie demasiado poco". Las gestiones de organización de la escuela nueva iban por ello aparejadas a una ardorosa actividad encaminada a transformar las formas del Estado y los sistemas de gobierno que habían permitido que unos pocos dispusieran de las riquezas del país mientras el pueblo sufría miserias y penurias.

LAS PRIMERAS EXPERIENCIAS

Carlos Beltrán Morales inicia sus labores magisteriales en la Villa Imperial de Potosí, la de las 6.000 bocaminas por donde se ha escapado al exterior, durante cuatro siglos, la riqueza del suelo boliviano y donde han quedado sepultadas millares de "mitayos". Allí sirvió Beltrán Morales la dirección de escuela "Luis Felipe Manzano", realizando una interesante e indiscutible labor transformadora, continuada luego por J.S. Vaca Guzmán, otro decidido pionero de la escuela activa.

En la Paz, gana por concurso la Inspectoría de las escuelas municipales, con una tesis sobre la educación nueva, donde apunta certeramente los principios de renovación de la educación de la ciudad y de Bolivia entera, pero aun allí, el tecnicismo metodológico priva sobre las preocupaciones sociales, que después serán centro de sus afanes pedagógicos. A la vez que hacía pedagogía, militaba en los grupos literarios y en las aguerridas hueste de escritores que esgrimían sus armas en la prensa boliviana. El tema pedagógico y el tema social eran motivos de sus escritos, la mayoría dispersos, bajo seudónimos o bajo su propio nombre, en los periódicos y revistas de la época.

Producto de su obra al frente de la Inspectoría de las escuelas de La Paz es la organización de una escuela de "ensayo y de reforma" que orientó en esa ciudad y a la cual me referiré más adelante.

EL CONTACTO CON EL MAGISTERIO AMERICANO

Participa también entre los grupos de maestros de América que en Chile, Argentina, Uruguay, Perú, México y otros países conducen el movimiento de una escuela nueva, con acento social: Julio R. Barcos, Pedro B. Franco, Roldán Sánchez, en Argentina: Otto Nieman, en Uruguay, Daniel Navea y Salvador Fuentes Vega en Chile, etc., y que organizan los dos primeros congresos del magisterio americano en Buenos Aires y Montevideo, en 1928 y 1930, respectivamente, de donde surgió la I.M.A. (Internacional del Magisterio Americano) y que plantearon los problemas sociales de la escuela, del niño y del maestro americano, de las masas desposeídas sin cultura; aprobaron la Tabla de los Derechos del Niño Americano y sentaron las bases de una pedagogía renovada. En esas reuniones estaban presente Beltrán Morales realizando sus primeros contactos con los maestros de América y de Europa allí presente.

REMOVIENDO OBSTÁCULOS

Se incorporaba Beltrán Morales al palenque de ideas de nuestro continente. De allí en adelante se entablará el diálogo constante con los maestros indoamericanos, a quienes conoció y con quienes compartió inquietudes en todos los países de nuestro hemisferio.

La Escuela Nueva le debe mucho del impulso que ha tomado en América. Ya en la Convención de los maestros bolivianos en Oruro su empuje y dinamismo crearon una norma de conducta y junta con sus demás compañeros: Donoso Torres, Vaca Guzmán , Jesús Salinas, Cabrera Lozada y otros, se dio a formar un ambiente para la germinación de las nuevas ideas, a remover los prejuicios que imposibilitan toda labor de ciencia y de verdad; pero lo alcanzó la insidia, y los ataques contra su obra se hicieron insistentes y tenaces; no precisamente por las ideas mismas, sino porque el hombre que las sostenía no estaba dispuesto a claudicar para abrir paso a las ambiciones de medro ni a la falacia embaucadora, ni a la mentalidad medioeval de algunos opositores. Beltrán Morales sabía adonde iba y tenía conciencia de los medios necesarios para lograrlo y por eso lo atacaron los mediocres, cegados por un complejo de inferioridad, que no les permitía llegar, y por tal razón no podían admitir que otros llegaran al sitio que para ellos estaba vedado. Pero la siembra de Ideas no se perdió. Una juventud pujante y de ambiciones se encargó de hacerlas florecer.

LA ESCUELA COMO ESPERANZA

La guerra terrible del Chaco fue para Bolivia como al primera guerra europea para el mundo occidental, y el ideal surgió más pujante, hubo un deseo general de superación y se volvieron los ojos a la escuela la institución capaz de limar ambiciones, de forjar el espíritu confraternidad y de paz en América, que ha de ser "patria común de los americanos", según la expresión del Libertador. Se miró en la escuela la institución capaz de limar ambiciones, de forjar el espíritu nuevo, recio en la defensa, solidario en la acción, puro en el ideal y libre en la expresión del pensamiento; capaz de realizar y de servir, de encontrar su camino abriéndose paso en la vida. Pero esa escuela no puede ser la tradicional escuela de enseñar a leer, la escuela memorística que seca los pensamientos y socava los espíritus, sino la Escuela Nueva hecha para la vida y por la vida.

PERO LA ESCUELA NO LO PUEDE TODO

Esta romántica oleada humana que iba en pos de la escuela y le señalaba una tarea superior a sus posibilidades, influida por la visión dantesca de un pueblo que volvía destrozado de los campos de batalla, sin duda no se daba cuenta de las limitaciones de esa escuela para cumplir tal labor, para canalizar el espíritu combativo que conduce a las guerras, hacia la obras constructivas de la patria. No se pensaba que la escuela sólo puede servir como un valioso instrumento en manos de la sociedad, del Estado que a éste representa, que habilita los medios para que la escuela actúe y el Estado boliviano, el pueblo todo se encontraba prisionero dentro de la asfixiante cárcel creada por una casta egoísta que explotaba sus riquezas y cerraba los caminos de la liberación económica.

Iluso los maestros pensaron hacer desde la escuela lo que solamente un gobierno del pueblo, un Estado que represente los intereses populares puede hacer, y ello estaba aún lejos de suceder en Bolivia. Los dueños de la Economía de Bolivia, fomentadores de la miseria del pueblo, lo impedían, por ello caía asesinado Germán Busch, víctima de las maquinaciones de los consorcios mineros, que ordenaron su muerte, porque Busch intentaba nacionalizar las fuentes de producción para independizar a la patria y hacer luego de la escuela un instrumento de cultura popular.

Beltrán Morales sostenía que para hacer la escuela del pueblo, la auténtica escuela única boliviana se necesita:

"Que haya una cultura en el país, una cultura elevada, es claro. Es el ambiente, la comunidad, el que eleva el plano de la escuela. La escuela por sí sola no puede elevar el nivel de la cultura de la sociedad. Las reformas de la educación dependen del advenimiento de una emoción social"...

"Que haya una cultura en el país, una cultura elevada, es claro, en la creación de la escuela boliviana". (De una entrevista para la prensa boliviana, reproducido luego en el diario "Ahora", de Caracas, de 22 e junio de 1939).

Parecía que las ideas de Beltrán Morales se opusieran a que en su patria y en América la escuela existiese y progresare sin que la sociedad fuese culta, para hacer posible la intereducación, la intraeducación en el seno de la sociedad de que hablan los sociólogos. Pero nosotros que le conocimos a fondo, que discutimos largamente con él su pensamiento educativo, sabemos que muy al contrario, estaba convencido de que para ayudar, para partear ese ascenso de las masas debía organizarse la escuela al nivel de las posibilidades para irla elevando lenta y seguramente en sus medios de acción en sus posibilidades, tarea que un gobierno del pueblo puede cumplir, porque no median intereses empeñados en mantener la chatura cultural del medio, a favor de la cual prosperan la explotación y el predominio de castas.

Lo que éste no quería era que se siguiera copiando en nuestros pueblos los sistemas educacionales europeos o de Norteamérica, porque esos sistemas fueron pensados y estructurados para responder a un estado cultural, a unas necesidades, y de acuerdo con posibilidades que no son los nuestras. Su llamado al estudio serio de la realidad nacional, de la tipocaracterología de niños adolescentes y el énfasis que ponía en la planificación de toda actividad constructiva del Estado en la vida educativa, como parte de un plan general, son expresivos de un pensamiento renovado, de una preocupación por el futuro, ensombrecido a menudo por las soluciones sin estudio y sin proyección y por el hacer de un día, en el que se antepone el medro y la ambición personal a los destinos del país.

EL PRIMER CONTACTO CON EL MAGISTERIO VENEZOLANO

Maestro fue este hombre, amigo sincero y sin dobleces. En su peregrinar de pueblos y ciudades nos cayó una vez en Venezuela. Llevaba la representación y asesoría técnica de una Casa alemana especializada en la fabricación y venta de mobiliario y material escolares, mercancía, que si de urgente necesidad, no era a la sazón muy cotizada en Venezuela, dado el concepto que las autoridades del país tenían de la escuela.

Era el año de 1933. Difícil año de persecuciones y vigilancia sobre hombres y sobre instituciones. Los maestros le recibimos con la cordialidad de hermano. Un pequeño grupo formábamos su tertulia y con él compartíamos su tragedia de ausencia de la patria, mientras ésta se desangraba en la guerra terrible del Chaco y con él convivimos horas de esperanzas. Venía de España después de haber permanecidos largo tiempo en Alemania. En España, siendo boliviano, había representado al magisterio chileno en el Congreso de la Federación Internacional de Asociaciones de Institutores (F.I.A.I.), reunido en Santander. Traía visión amplia de un mundo que se estaba plasmando, gracias a la acción de los maestros y por eso soñaba en grandes y por sobre nuestra tragedia educativa y nacional nos hacía alentar esperanzas.

El 22 de noviembre de 1933, fue recibido en la Sociedad Venezolana de Maestros. Hizo la presentación Roberto Martínez Centeno, Presidente de la Institución. Allí, en cálidas palabras, el maestro boliviano nos habló de sus experiencias pedagógicas. Escuela luminosa de la ciudad de La Paz, con espíritu de redención, donde la vida transcurría en la alegría serena y en la paz armoniosa de un ambiente hecho para vivir. Luego dictó en el Ateneo de Caracas su magnífica conferencia sobre Rabindranat Tagore. En la exposición de la pedagogía impregnada de misticismo de este maestro poeta nos puso a vivir un ideal pedagógico, que dentro de un concepto alejado del Mundo Occidental, resume un afán de elevación a la pureza, ala belleza mística del alma india. Después dicta conferencias, da clases en las Escuelas Normales de Caracas. Muchas de las muchachas y muchachos que entonces estudiaba recibieron de él un aliento y un entusiasmo realizadores que aún perduran en algunos.

DE NUEVO EL ANSIA VIAJERA

Después vuelve a México. allí contribuye, junto con los maestros mexicanos, según expresiones de Elena Torres, esa brava pionera de los primeros tiempos de la heroica escuela rural mexicana, a la renovación de la escuela secundaria, colabora en la redacción de los planes y luego sin pedir nada, sin esperar nada se vuelve a Alemania, donde realiza estudios sobre la readaptación de inválidos, pensando en ser útil a Bolívar que acaba de salir de la horrible guerra con Paraguay, que había dejado muchos hombres inservibles e incapacitados para ganarse la vida.

RETORNO A VENEZUELA

Retorna a Venezuela en febrero de 1936, recién muerto Gómez. Le había puesto un cablegrama solicitándole colaborar en los planes del Ministerio de Educación. Viene con el deseo de servir a una nación a la que ama como su propia tierra y es contratado por el entonces Ministro de Educación don Rómulo Gallegos. Quiere hacer mucho, presenta planes, colabora en reforma de los programas de educación primaria, participa en los cursos de mejoramiento profesional del magisterio, realizandos en 1936 por la Misión Chilena, organiza el primer curso para maestras Kindergarterinas, demostrando un dominio completo de este aspecto de la pedagogía, al cual se había dedicado de manera preferente:

Colabora activamente en la realización de la Primera Convención Nacional del Magisterio. En ésta trabaja en varias comisiones y dicta una magnifica conferencia titulada "Juego y Juguetes forjadoes del espíritu del niño", publicada luego en el boletín de labores de esa Convención.

Junto conmigo y los demás dirigentes del magisterio venezolano, al igual que los maestros chilenos Salvador Fuentes Vegas, Daniel Navea y Manuel Mandujano, se fue por las provincias venezolanas en labor divulgadora, cuando la Federación Venezolana de Maestros se echa a andar por todos los caminos de Venezuela en una obra integradora y con una ambición de futuro. Entonces el espíritu caldeado, fuertemente emotivo de Carlos Beltrán Morales, pone a vibrar magníficas preocupaciones en todos los maestros. Su palabra fácil, que tenía el don de la atracción, suma muchos remisos a la obra educacional.

RECOMIENZA EN BOLIVIA LA LECCIÓN SUSPENDIDA

Después, estuvo en Cuba momentáneamente, en México, en Colombia, en América Central. En México se le extravían los originales de su obra "El Kindergarten", de innegables méritos, originales que tuve oportunidad de leer.

En este último país le sorprende la grata noticia de que el magisterio boliviano reunido en su primera convención sindical, en la ciudad de Santa Cruz, por unanimidad le designa como candidato para ejercer la Dirección General de Educación Primaria, en el Consejo Nacional de Educación de Bolivia. Esa candidatura presentada al Ministro de Educación fue aceptada por éste, que por cable le comunica la noticia y le invita servir a su patria. En esa oportunidad el magisterio boliviano no hacía otra cosa que reconocer los méritos innegables de un hombre de acción y pensamiento, de un auténtico maestro de la niñez y de la juventud que entregándose en cuerpo y alma a la tarea renovadora de la escuela fue cultivándose para servir mejor los intereses de su patria y los intereses culturales de América, de la Humanidad entera.

Se reintegra a la patria para continuar su labor interrumpida. Había abandonado a Bolivia hacía ya varios años, despreciando una situación privilegiada. Tomó voluntariamente la ruta del exilio, porque sentía que se asfixiaba entre las presiones de los magnates mineros, que desde las posiciones de predominio en la economía boliviana dictaban sus normas al gobierno. Con una recomendación de su amigo personal, el Dr. Daniel Sánchez Bustamante, a la sazoón Ministro de Relaciones, se fue a Alemania a seguir estudiando. En este país frecuenta las principales escuelas y establecimientoseducacionales; traba conocimientos con los más distinguidos maestros germanos. En Austria palpa la renovación de las escuelas de Viena realizada por Otto Gloekels, como Presidente de la Municipalidad socialista de dicha ciudad, y de la que habla Roberto Dottrens en su libro "La Escuela Nueva en Austria". En Suiza se pone en comunicación con los más distinguidos maestros y con las instituciones pedagógicas del país. De él nos decía en una carta Adolfo Ferriete, que lo había conocido en el Instituto Juan Jacobo Rousseau, en Ginebra, asiste con su pensamiento y con su acción a la renovación pedagógica que se operó en España con anterioridad a la República, y después de declarada ésta, porque allí, desde su puesto de periodistas, que ejerció conjuntamente con su labor educacional, haciendo del periódico una cátedra, convive con los desterrados de todos los países americanos y con los maestros renovadores que vivían con fervorosa consagración la transformación cultural española.

Se reintegraba a la patria con un gran bagaje de ideas y de experiencias, con un pensamiento maduro en la meditación y en el estudio. Iba a proseguir la interrumpida labor. En carta que me dirigiera desde México decía: "Viajaré a Bolivia en breve. Iré problamente en avión. Retornaré a la patria para comenzar -divino Fray Luis de León- a recomenzar la lección ayer no más suspendida. He de consagrarme por entero a la enseñanza, pero viendo a ésta no sólo desde el punto de vista pedagógico (que lo pedagógico sólo termina por embrutecer) sino, fundamentalmente, desde lo social. Es, lo comprendo, tremendo consagrarse en nuestra América, a este aspecto. Pero yo no voy a ocupar una situación burocrática ni a ocupar un puesto que yo hubiese pedido: voy a trabar de acuerdo con mis ideales, esos ideales que a usted en Venezuela, a Nieto en Colombia, a Barcos en Argentina, nos hace "indeseables", INDESEABLES porque queremos dignidad en la vida, en el pensamiento y en la acción. Y sobre todo anhelamos justicia para los humildes, para los explotados".

"Si encontrase violentas resistencia del elemento obscutantista, que allí como en Venezuela, como en América toda, se opone a toda obra veraz y limpia de mancillas, entonces, lucharé rudo. Y si para esta luchar fuese menester renunciar al cargo, lo haré de mil amores: que desde el plano las luchas se hacen más fecundas".

"Y si, pese a energía y enteresa, me derrotase una vez más, entonces mi querido amigo, buscaría en cualquier parte del mundo un rinconcito para vivir el resto de años que pudiera quedarme. ¡Y con qué alegría me iría a vivir en alguno de esos lindos pueblecitos venezolanos del llano, donde pudiese ejercer humildemente el cargo de maestro de escuela!".

NO ES POSIBLE EDUCAR EN MEDIO DE LA MISERIA

En ese párrafo está de cuerpo entero el hombre, el

 

Pero los explotadores de la riqueza minera, los dueños de la economía del país sintieron amenazados sus

, hombres con su carga de ilusiones y de desesperanzas, y de sus páginas trasciende una ardosa fe en los destinos de Bolivia. El indio, el cholo, el blanco, enclavados en su marco de historia y geografía transitan por el libro, trepidantes las almas, con el dolor a cuestas, el dolor de la Bolivia irredenta. En las ciudades coloniales se siente el crujir de las botas y los espolines de los conquistadores y se escuchan los ayes de los que trabajan y padecen: hombres, mujeres y niños, entre los socavones de las minas cercanas. Las descripciones de La Paz, de Potosí, de Santa Cruz de la Sierra, de Sucre, son verdaderas joyas de antología, dentro de su brevedad, en que el recuerdo transfigura a la distancia lo que el efecto puso en ellas. "No hay páginas, expresa, que no esté mojada en "saudades". Como un torrente cruzaron por mis ojos amores y paisajes, grandeza y miseria, desolación y esperanza".

Después de los miles de páginas y de los cientos de libros escritos para denigrar de las cualidades del mestizo americano, adquieren un acento polémico las páginas dedicadas en "Una Tierra y un Alma" a exaltar las cualidades del cholo boliviano, que es, en general, el mestizo de todo nuestro continente.

Para valorizar a ese mestizo, que fue objeto de la inquina y del desprecio de los conquistadores, y de los que después de éstos sustentan criterios racistas, Beltrán Morales afirmó que "Todo lo grande que existe en las naciones indoamericanas -y más en Bolivia, Perú, México, Ecuador y Guatemala- fue hechura de cholos", criterio que concuerda en gran parte con la opinión de otro maestro boliviano, Rafael Reyeros, quién sostiene "que de la cholada, con más virtudes que taras, proceden los dirigentes y pioneros de todas las actividades" en Bolivia. (Rafael Reyeros. Caquiaviri. La Paz. Bolivia, 1946).

La parte final de "Una Tierra y un Alma", da cuenta suscitan del movimiento literario de Bolivia. En sus juicios Beltrán Morales, no se ciñe solamente a la obra producida sino a las cualidades de los productores. No entiende la literatura como un arte desprendido de las condiciones del literato. De allí las diferencias que señala entre la obra de Jaime Mendoza, además de gran novelista, hombre de vida pura, y altos ideales y la Alcides Arguedas, en quien apunta la insinceridad y falta de correspondencia entre el hombre y la obra.

A la inversa de Dante, que colocó en su infierno a sus enemigos, Beltrán Morales silenció en su libro varios nombres que no consideró a la altura moral de sus juicios y por ello lo condenó al olvido.

Libro apasionado, escrito con sangre y espíritu, rezumante de anhelos soterrados, es la expresión de una tierra a través de un alma de poeta y de maestro. Se desconoce en Bolivia dicho libro, porque editado en 1948, en la editorial que yo dirigí en Caracas, apenas alcanzaron a distribuirse algunos de sus ejemplares. Sobre esa bella obra también cayó implacable el peso de la barbarie. Pero ahora, cuando en Bolivia el alma y el paisaje vibran con noble acento, porque el pueblo ha encontrado el camino de su liberación, la obra de Beltrán Morales debe ser difundida entre la juventud, debe llegar como lectura de exaltación a los aimará, a los keschas y demás tribus indígenas, a los choloes, a los trabajadores, al pueblo todo, que aprende a leer en las escuelas; debe llegarles como brevario emocional de la tierra, empapado del recuerdo del maestro que lo escribió para que su pueblo deletree en él su abecedario de liberación y de amor a la patria, a la libertad y a la esperanza en un provenir que se labra y se prepara en la acción de cada día y en vigilante actitud de conservar y engrandecer el tesoro de virtudes y las riquezas de la tierra.

LA BARBARIE CONTRA EL ESPÍRITU

Cuando cayó el gobierno de Acción Democrática, noviembre de 1948, con el cual se sentía identificado totalmente Beltrán Morales, la comisión donde servía fue desmantelada. Muchos de sus miembros encarcelasos, destituidos o perseguidos.

Para él se abría un panorama desolador. Sin patria a donde retornar, porque la suya era objeto de ocupación por fuerzas de destrucción y exterminio y la que le había acogido como tierra propia sufría suerte peor. Y aquel hombre, siempre sereno ante la adversidad, perdió su equilibrio emocional. Viejas dolencias del cuerpo se reavivaron. Taciturno, él que tuvo siempre la sonrisa cordial y la palabra amable a flor de labios, tornó el ceno adusto y el desmán silencioso.

Sufrió las más profundas mortificaciones y se llenó de los más negros pensamientos cuando supo la noticia de un nuevo fracaso del movimiento revolucionario de su pueblo, en 1949, y del cual tenía conocimiento. En su libreta de anotaciones aparecieron algunas indicaciones sobre el desgraciado acontecimiento, que de triunfar le habría restituido patria y nobles tareas creadoras.

UNA MUERTE IGNORADA Y SILENCIOSA

Un día desapareció de la vista de sus amigos para internarse en una clínica, sin que nadie pudiese conocer su paradero. Sólo la acuciosa solicitud de dos educadores amigos, los esposos Almea, pudieron dar con él, cadáver ya, confundido en la morgue, de donde lo rescataron sus amigos de la Federación Venezolana de Maestros. Quisieron éstos conducirlo hasta la Casa del Maestro, pero la casa había sido ocupada por fuerzas militares. El primero de mayo de 1949, día internacional del obrero, en hombres de maestros venezolanos, era conducido al Cementerio General del Sur, en Caracas, este grande e inolvidable educador americano. La noticia me llegó a través de las rejas de la prisión política. Enternecida, con lágrimas en los ojos me la comunicó mi señora. Habíamos perdido a un gran amigo, a un compañero. Sepultado en el Día del Obrero, él que fue obrero incansable del pensamiento, que consagró gran parte de su obra a la defensa de las clases desposeídas de trabajadores de su patria, no pudo esperar el amanecer glorioso en la lucha final de su pueblo, donde mineros, indios y cholos abatieron a las fuerzas explotadoras de la reacción, para poner a Bolivia en posesión de su riqueza y hacerla dueña de sus destinos. Lo había previsto. Tenía una fe inquebrantable en ese triunfo: Había dicho: "Bolivia será escenario de futuras hazañas que han de emular con las de sus creadores. Sus hijos esperan devolver a la Patria su dignidad y su grandeza. Las sombras ya acogidas al regazo de la historia, constituyen fuerzas que no mueren y por tanto inquietan e iluminan campos de acción y de heroicos sacrificios futuros".

"La evolución de la Historia Económica ha comenzado a escribirse con mucha sangra. Y cuando llegue la hora de su independencia, surgirá la "guerra a muerte de los tiempos legendarios de Bolívar que culminará ¡qué duda cabe! con la felicidad, la grandeza y la libertad económica de un pueblo...".

"Alma nacida en grandeza no puede ni debe morir arrodillada". (Carlos Beltrán Morales. Una Tierra y un Alma. Librería y Editorial del Maestro. Caracas, 1948).

Anhelaba el triunfo, pero presentía que él no estaría junto a su pueblo para celebrarlo. En una nota analítica de la obra de Mendizábal Santa Cruz, hablaba de su "ostracismo definitivo", no precisamente porque quisiese estar ausente, sino porque sentí que la vida andariega y el mucho batallar habían empobrecido sus energías combativas.

Anima sensible, experimentaba profundas angustias frente a las depredaciones de que era víctima su pueblo. Caía en la melancolía y ya nunca más pude ver en su rostro la alegría eufórica de hacía quince años. Acaso los males que le aquejaban más que del cuerpo eran males del espíritu: nostalgia de la tierra y de la obra que no pudo realizar y se abandonó al pensamiento de un fin definitivo antes del triunfo, que si presentía, no imaginaba tan próximo.

Al consagrarle este recuerdo emocionado al compañero y amigo Carlos Beltrán Morales, lejos de mis libros, de las notas y ficheros, sólo ha tenido a mano como documentación alguna vieja semblanza que escribí cuando él regresó a Bolivia en 1939 y algunos de sus trabajos, pero su presencia espiritual, su amistad sin dobleces, han hecho posible hilvanar estas páginas, que son mi tributo y el de los centenares de maestros venezolanos que fuimos sus amigos, que con él compartimos ideales y esperanzas, y ahora perseguidos, presos o en el destierro, escarnecidos y vejados por la barbarie de nuestra patria.

A la sombra protectora del Ávila, bajo el brillante cielo de mi tierra, duerme en paz, querido amigo. ¡Allí vigilará el efecto de mi pueblo, que ha de contarle entre sus grandes servidores. Hasta tu reposo se colará el rumor del esfuerzo renovado del pueblo boliviano que, como tú lo querías, con el pecho ensanchado y la cabeza en alto, sacudido el yugo del despotismo que le oprimía, busca el camino de su liberación y grita: ¡Huake, huake, ¡Arriba!.

"SU ESCUELA NUEVA DE LA PAZ"

VERSIÓN DE LA CHARLA DEL PROFESOR C. BELTRÁN MORALES:

En la sesión de la Saciedad Venezolana de Maestros de Instrucción Primaria celebrada el día 22 del presente mes, nos obsequió una interesante charla el profesor boliviano Carlos Beltrán morales. Hizo la presentación en breves palabras el Bachiller Roberto Martínez Centeno, Presidente de la Sociedad. El Profesor boliviano agradeció emocionado las palabras de nuestro Presidente, expresando sus deseos por una fructífera labor de la Sociedad y con honda sinceridad puso a vibrar todas las ansias de su espíritu, que vivamente clama por una comprensión y un acercamiento de los pueblos de América, para hacer cesar las luchas fratricidas, para evitar que pueblos hermanos conviertan en campos de matanzas los campos que debieran preparar para la siembra. Luego entró de lleno en el tema de la charla, que aun cuando él la consideró de escasa significación, resultó magnífica para nosotros, tanto por su sencillez y claridad, como por la multitud de inquietudes que despertó en los ánimos de todos los maestros presentes.

Nos habló el profesor de una Escuela Nueva que él fundara en Bolivia hace ya algunos años, y vimos, cómo la emoción animaba la palabra cálida del charlista, que evocaba los momentos vividos en aquella escuela: el creador se extasiaba en la obra de sus manos y con justo motivo sentía orgullo de ella.

Nos explicaba el profesor, que dolido de la pasividad de las escuelas bolivianas, donde unos bancos inmóviles sirven de asiento a unos niños inmóviles también, frente a un maestro que habla y habla siempre, en unos salones de donde parece haber huido la vida, en unos salones de donde parece haber huido la vida, lo decidió a crear su primera Escuela Nueva. Era entonces muy joven, y la impetuosidad de la juventud dio calor a la obra; maestros jóvenes también y que habían sido discípulos de él, se entusiasmaron con la idea y fue tomando cuerpo aquel noble proyecto. Todos estaban convencidos de que cuando un sistema pedagógico es malo, es necesario sustituirlo totalmente por otro mejor. Y pusieron manos a la obra con verdadero amor, con devoción ferviente al niño. ¿Cómo era posible ver, sin que el espíritu se sintiera muy dolido, que inútilmente se gastaba la energía de los niños, sin tomar en cuenta que en la infancia es la actividad una necesidad biológica de ser en evolución? Los verdaderos maestros, los que aman y sienten con el niño, experimentan esa inquieta rebeldía, pero se adormecen soñando la realidad que son incapaces de poner en práctica, esperando que espíritus confiados y resueltos tomen sobre sus hombros la pesada carga decididos a dar con ella todas sus energías.

¿Qué finalidades perseguían esa Escuela Nueva del Profesor Beltrán Morales? Sustituir paulatinamente la actividad del maestro por la actividad del niño; enseñar a los niños a elaborar sus propias ideas, sus pensamientos en vez de recibir el pensamiento hecho del maestro; desarrollar y cultivar la voluntad por medio de la acción y hacer girar toda la labor educativa alrededor del niño, centro de gravedad de la vida pedagógica, alrededor de una actividad deseada y querida por el niño, donde el maestro fuera sólo un guía, un colaborador más, pero no el único activo en la escuela. ¿Pero, cómo lograr este ideal? Cambiando de táctica, creando una disciplina interior en el niño y trastrocando los antiguos cánones de la didáctica escolar, poniendo en práctica el principio de la Escuela Nueva; ensayar innovando; relegando al maestro a una función auxiliar (importante sin duda) para permitir al niño dar de sí cuanto pueda y cuanto quiera, sin la presión impuesta desde fuera, de una rígida disciplina autoritaria que coarta las iniciativas e impide la espontaneidad.

Pero para realizar tales ideales, necesario era formar maestros, compresivos de su labor y capaces de tomar la obra con un grande amor. De aquí que tanto el profesor Beltrán Morales como sus entusiastas colaboradores, antes de poner manos a la obra hubieron de hacerse un sondeo espiritual, un examen de conciencia para pesar sus aptitudes y determinar si se encontraban suficientemente capacitados para realizar esa "aventura pedagógica" y luego de un hondo meditar, los que estaban dispuestos al sacrificio se presentaron resueltos, porque encontraron en sus espíritus gran dosis de amor al niño y una gran fe en los destinos de una obra que intentaba salvar del fracaso a multitud de seres que se ahogaban dentro de la rutina y la de indiferencia de los maestros.

Una vez vencido el inconveniente que suponía la selección de los maestros, otros problemas surgieron y el profesor nos cuenta cómo fueron resolviéndose gracias a la dosis de energía y de optimismo. El problema del local escolar, que tanto para una escuela nueva como para cualquiera otra, siguiendo el viejo aforismo pedagógico no debe estar dentro del bullicio atronador de la ciudad donde la atención se dispensa solicitada por múltiples motivos. "El edificio de una escuela debe ser el último de la ciudad y el primero del campo". Y si bien es verdad que los abnegados maestros que concibieron y llevaron a feliz término, la idea de una escuela nueva en La Paz, carecía de los recursos indispensables para establecerla en un local con amplios y sombreados parques, con granjas y jardines, tenían lo principal, mucho entusiasmos, muchas energías, virtudes con las cuales ninguna obra puede fracasar. Y el local escolar de una escuela de tipo viejo reformado de un todo, fue convertido en taller de trabajo, donde en lugar de las clases numeradas, cada salón lucía el nombre de una actividad, como para objetivar en ellos de manera precisa la noción funcional de su destino. La sala del Tiempo, para la clase de Historia; la Sala del Espacio, para la clase de Geografía; la Sala del Trabajo, para las ocupaciones manuales; la Sala del Arte, para aquellas actividades artísticas: dibujo, decorado, etc.

Creado el ambiente escolar, nos cuenta el profesor Beltrán Morales, cómo paulatinamente, por una acción conjunta de alumnos y maestros, llevada suavemente hasta abandonar la pendiente de la rutina, aquella escuela tomó características distintas. Las actividades desempeñadas anteriormente y en las escuelas de tipo viejo, por el maestro, estaban ahora a cargo de los alumnos, que las cumplían con alegría, con verdadera conciencia del deber que antes no tenían. Cada clase por iniciativa de los mismos alumnos estaba dividida en equipos encargados de las diferentes actividades de la escuela: equipo de ornamentación, equipo de aseo, equipo de disciplina, etc. y una vez organizada la escuela como comunidad, se constituyó su Gobierno Propio, a insinuación del maestro, pero sin su intervención directa, una pequeña República, con su Presidente y sus Ministros, con su Constitución y con sus leyes, a la que llamaron República de Ibis, símbolo de pureza y de ideal.

En la evocación del día feliz en que el Director de la Escuela entregó la bandera de la República al grupo dirigente, la voz emocionada del charlista nos comunica toda su fervorosa pasión por la niñez y nos da una lección de sencillez. Era una clara mañana de abril. Reunidos en el patio de la escuela, los niños recibieron aquella bandera de manos del Director, quien al entregársela les dijo: "Ciudadanos de Ibis, aquí tenéis la bandera cuyo color habéis elegido, el blanco, símbolo de pureza; procurar que vuestras almas siempre se conserven puras como esa bandera, que vuestros actos, que vuestra vida sea toda blanca, y mañana cuando crecidos si el dolor os mortifica, si la suerte os sonríe que vuestra angustias y vuestras alegrías sean blancas también". Felices niños los que objetivando en el símbolo de una bandera blanca pueden llevar la noción de la pureza dentro de su espíritu; felices niños los de esa escuela, que a través de un recuerdo podrán vivir cuando hombres las angustias y las alegrías con la diáfana sencillez de su república de paz y de concordia.

En aquella pequeña república los niños que aprendían a responsabilizar sus actos, en la convicción propia de que hacer su deber no es virtud sino sana imposición de la convivencia social, aprendieron a amar el trabajo como una floración de la vida, como una necesidad vital, y aprendieron también, que la cooperación disminuye las dificultades y nos hace sentir como nuestros los triunfos y los fracasos de los demás y nos encuentra dispuestos siempre para toda obra en que habrá de sacar provecho nuestros semejantes poniendo atrás todo egoísmo. y Fue así, como aquellos niños que habían actuado siempre dentro de la escuela formaron el Ejército de Protección al Árbol, en los días dolorosos en que una gran cantidad de árboles habían sido destruida en los parques y paseos de La Paz; y este ejército entusiasta tomó sobre sus hombros una carga pesada, convirtiéndose en ejército de desanalfabetización y cada niño fue un maestro para el indio mandadero de su casa o para el adulto portero analfabeto que servía a los padres; y los niños capaces de escoger una tarea y realizarla eran ya ciudadanos, conscientes de sus deberes y deseos de colaborar en la obra social de redimir del analfabetismo a la enorme masa indígena de aquel país. La escuela entonces desbordaba su actividad fuera del local; puertas afuera se lanzaba a la cooperación social y es entonces cuando, según el elegante decir del profesor Beltrán Morales, no podría regateársele su título de Escuela Nueva; una escuela con una misión social trascendente y con un ideal amplio y grandioso. Escuela del futuro, sin muros ni cortapisas que estacionan y limitan la actividad, escuela de la cooperación y del trabajo, sin bancos enfilados, donde el dorso curvado pierde sus energías bajo el sopor monótono de un maestro que habla y habla y habla siempre.

Detengámonos ahora para exponer, siquiera sea de manera suscita, algunas ideas sobre la técnica escolar de esa Escuela Nueva del profesor Beltrán Morales, que por sus características es de tipo distinto a las demás de su especie.

La escuela, como dijimos antes, sustituyó en sus salas la denominación numérica del 1º, 2º, 3º grados, por los nombres más concretos de Salas de Trabajo, del Tiempo, etc.. Y la escuela misma se dividió en tres secciones, cada sección bajo la vigilancia de tres directores que se repartían el trabajo: uno que se encargaba de recolección del material; otro que seleccionaba este material y un tercero, en fin, que con el material seleccionado se encargaba de dictar la clase o de sistematizar los conocimientos que el material pudiera suministrar.

El material era de tres clases: natural, elaborado, y gráfico y como no se disponía de dotación, los maestros, de los recursos materiales que podían ofrecer la región tomaban los elementos indispensables para su labor. De las fábricas de la ciudad traían desde la materia bruta hasta los objetos elaborados, mostrando fases de su evolución y fabricación flores, minerales y rocas constituían el rico material de aquellos maestros entusiastas; el trabajo de recolección y selección de material lo efectuaban los maestros en compañía de los alumnos, colaboradores decididos e interesados en su propia obra. Las salas de clase, desnudas las paredes, sin el ropaje vistoso de los cuadros murales, tomaban el vestido preciso, el que correspondía a la lección a estudiar, ropaje que no era otra cosa que aquel material recolectado en los alrededores de la ciudad con acuciosidad y seleccionado con esmero. Material que permanecía oculto tras de un tabique y colocado en armarios construidos por los mismos niños. La división de los maestros en las tres categorías expresadas seguía el pensamiento esbozado por Ferriere, que considera una serie ascendente en la adquisición de los conocimientos, que son las tres etapas de la evolución psicológica del niño: 1º intereses inmediatos de los alumnos, que son aquellos que se relacionan directamente con el ser primitivo; luego los especializados concretos, que Decroly distingue con el nombre de monografías, época de actividad constructiva, y por último, los intereses abstractos de sistematización y generalización de los conocimientos.

Tomaron muy en cuenta los fundadores de la Escuela Nueva de la Paz el número de alumnos, excesivo en las escuelas de tipo común existentes en aquella ciudad y que tanto dificultan el trabajo de los maestros, que reparten su atención en una labor agobiante entre cuarenta, cincuenta, sesenta, ochenta y más niños y así fue que se repartieron los alumnos de modo que un solo maestro no tuviese nunca más de quince o veinte niños, simplificando de esa manera el trabajo y haciéndolo más provechoso para los alumnos y menos agotador para los maestros.

La labor de la escuela, armónicamente llevada, a través de los centros de interés vital, seguía su desarrollo sin saltos, sin contrariedades, y es de admirar como esa escuela pudo realizar su labor ciñéndose a los programas vigentes, pues según la expresión de su fundador, si el programa es un obstáculo para la labor educativa, un maestro inteligente podrá siempre salvarlo con ventajas.

Si esta Escuela Nueva de La Paz, fundada por el profesor Beltrán Morales ha realizado una obra provechosa y útil, se debe no solamente a la decidida fe y amor al niño que siempre demostraron sus fundadores, sino que también contribuyó a sus éxitos la decidida cooperación de los padres de familia, que enamorados de la obra y penetrados de su gran importancia le prestaron su colaboración y ayuda constituyendo la Junta de Padres para el sostenimiento de la escuela.

Sin esa íntima compenetración entre el hogar y la escuela es imposible ninguna obra de provecho en pro del niño. Pueblos felices donde los padres siguen con amoroso cuidado los desvelos de los maestros por mejorar las condiciones de la escuela y no dejan ahogar en la indiferencia ninguna generosa iniciativa.

Cuánto sabemos agradecer al profesor Beltrán Morales esta amena charla. Como sabemos agradecerle la emoción ingenua que dejaran en nuestro espíritu sus cálidas palabras. Nosotros, como él, hemos sentido los dolores del niño, preso en el potro de tormento de un banco, inmovilizado en un salón de clase, frente a un maestro que habla y habla siempre, y escuchándole hablar hemos creído, sustituyéndonos, que con él realizábamos la labor de redención que los niños esperan y que nosotros soñamos.

 

PRIETO FIGUEROA, LUIS B.

En: Maestros de América. Ediciones de la Presidencia de la República. Caracas, 1975

 

BENEFICIO SOCIAL DE LA EDUCACIÓN.

"El beneficio social puede medirse por los varios productos sociales que son importantes para la sociedad. Es claro que estos productos son muy subjetivos y no deben considerarse como medidas absolutas de desarrollo, mayor productividad, eficacia política, status social, empleabilidad (probabilidades de encontrar empleo), y alienación son todos productos sociales que podrían vincularse con la cantidad y calidad de la educación.

 

QUINTERO, María. E.

BASES PARA UN GLOSARIO DE TÉRMINOS SOBRE

COSTOS DE LA EDUCACIÓN. ME/OEA. Caracas, Venezuela.

 

 

BEZERRA DE MEDEIROS, JOSE AUGUSTO.

Hijo de una familia tradicional de la Región Sertaneja del Estado de Río Grande del Norte (Brasil), nació en la ciudad de Príncipe (Hoy Caicó-RN), el 22 de Septiembre de 1884 y falleció en Río de Janeiro el 28 de Mayo de 1971. Estudió la primaria en las ciudades de Príncipe y Acari (RN), la secundaria en Natal (RN), en el Ateneo Norte-Riograndense y, en el período de 1901 a 1905, frecuentó la Facultad de Derecho de Recife (PE), uno de los Centros Universitarios de formación intelectual y liberal de políticos y hombres de Estado de aquella época. Concluido el curso de Derecho, José Augusto regresó para Natal, donde permaneció hasta 1915, cuando fue electo Diputado Federal y pasó a residir en Río de Janeiro (RJ). En el tiempo en que se quedó en el Estado, comenzaron a tomar contornos sus intereses por la política y por la educación. Ejerció las funciones de Procurador de la República, Promotor Público, Juez de Derecho, Profesor y Director del Ateneo Norte-Riograndense, Director de Instrucción Pública, Diputado Estadal y Secretario General de Estado. En 1915, cuando fue para Río de Janeiro como Diputado Federal por Río Grande del Norte, la preocupación por la educación y la educación de la mujer estuvieron siempre presente en su agenda política durante nueve años, de los casi cuarenta años de mandato parlamental. Adicto a la Escuela Nueva, José Augusto fue uno de los percursores del Movimiento de Renovación Educacional en el Brasil que tuvo lugar inicialmente a partir de los años mil novecientos diez, al lado de otros educadores como Antonio Carneiro Leao, Lourenco Filho, Heitor Lira e outros. Esos educadores, a través del Movimiento de Renovación Educacional fueron responsables por la creación de la Asociación Brasilera de Educación en 1924, así como a través de la A.B.E. fueron incentivadores de las Reformas Estadales de Enseñanza, siendo ésta emprendida en Río Grande del Norte, durante el propio gobierno de José Augusto (1924-1927). Los compromisos con los objetivos políticos de esa Entidad lo llevó a asumir su Presidencia en los años de 1943 a 1944, 1950 a 1951, 1954 a 1955 y 1959 a 1960. Como uno de los entusiastas de la escolarización en el Brasil, José Augusto actuó en varios frentes dentro y fuera del Parlamento, socializando esa concepción de Educación. Con esa perspectiva publicó los libros Por la Educación Nacional (1918) y Eduquémonos (1922). Fundó y dirigió una Revista "La Educación" (1922 a 1924) y la "Revista Brasilera de Educación" (1929 a 1930). Los escritos de José Augusto estaban dirigidos hacia la defensa de la Educación para que no prescindiera de conocimientos de cultura general y de cultura técnica que tuviera como fundamento el modo de producción y el género de trabajo de cada región, marcos indispensables para el efectivo proyecto de modernidad en el Brasil.

 

PALABRAS CLAVES: Educación, Educación de Mujer, Movimiento de Renovación Educacional, Escolaridad.

 

Bibliografia

1.MEDEIROS, José Augusto Bezerra de. Pela educação nacional. Rio de Janeiro: Typ. do Jornal do Comércio, 1918.

2. _____________. Eduquemo-nos. Rio de Janeiro: Editora O Norte, 1922.

3. ARAÙJO, Marta Maria de. (1995). José Augusto Bezerra de Medeiros - vida, educação,política. São Paulo/SP/Brasil, Tese (Doutorado em Educação) Universidade de São Paulo.

 

ARAÚJO, Marta Maria de

Departamento de Educación/Base de Investigación "Educación y Sociedad"

Universidad Federal de Rio Grande del Norte. Natal/Rn/Brasil.

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